Basílica de San Miniato al Monte

La Basílica de San Miniato al Monte, en Florencia, es una joya absoluta. No solo por su belleza exterior, sino también por las piezas maestras de arte visual que acogen sus muros. Si bien es un destino muy solicitado por el turismo, la basílica está, de alguna manera, lejos de los circuitos turísticos más caóticos, lo que hace que solo los visitantes más atentos e intrépidos se vean atraídos hacia ella.

Al entrar a la basílica, uno se ve impactado por el contraste entre lo natural de la iluminación exterior y la oscuridad del interior. Es esta oscuridad la que genera el impacto de la calidez del lugar. Las sombras caen de forma natural sobre la arquitectura, mientras que la cuidadosa iluminación en las áreas sombrías intriga y atrae a los visitantes. El diseño de iluminación de Massimo Iarussi logra un equilibrio en este juego entre luz natural y artificial y, a su vez, mantiene intacta la integridad de la arquitectura.

Para conseguir este tipo de diseño, con un pequeño impacto en el espacio, Massimo Iarussi utilizó proyectores Lumeniris, Museo y Lumenbeam. Algunos de estos proyectores se colocaron a 20 m de distancia del lugar que iluminan para permanecer ocultos y utilizaron haces de luces estrechos de solo 6°, lo que permitió una iluminación precisa a tal distancia. Las luminarias Lumeniris se utilizaron tanto para iluminar las áreas principales de la iglesia como para realzar el techo y los pasillos principales. Las luminarias Yolk-mounted Lumenbeam se utilizaron para iluminar el domo en la parte trasera de la iglesia. La luz apunta con precisión a los elementos arquitectónicos y frescos sin caer sobre superficies adyacentes. Ayudan a preservar las sombras y mejorar el contraste general.

Los elementos arquitectónicos en toda la basílica están iluminados de forma discreta para permitir que el contraste entre la brillantez de la luz natural y las sombras guíen sin esfuerzo alguno la mirada de los visitantes hacia el presbiterio, luego, hacia la cuenca absidal, que es el punto central de la basílica. Los detalles del mármol de los mosaicos del piso están iluminados con luminarias Museo montadas en las vigas de arriba. Las luminarias fueron personalizadas para evocar a los faroles tradicionales y están equipadas con ópticas de precisión (10°) para hacer que cada azulejo se destaque con claridad.

Por momentos, el diseño de iluminación requiere focos más suaves.  En tales casos, se utilizaron proyectores Museo Compact de Exenia, con temperaturas de color de 2700K y ópticas de 40°. Los pasillos laterales están iluminados con pares regulables de luminarias Museo Small.  En el ciborio de Michelozzo, se utilizaron dos Museo Micro con ópticas triples diferenciadas y regulables de forma independiente, gracias al protocolo de control Lumentalk.

El uso del protocolo de control, Lumentalk, hizo que no sea necesario instalar datos adicionales, porque es capaz de enviar señales digitales a través de un cable eléctrico que ya estaba en el lugar. Lumentalk fue fundamental para preservar la arquitectura histórica, ayudar a hacer que el diseño de iluminación parezca inherente al espacio y, a su vez, garantizar instalaciones DMX/RDM controladas de forma digital.

Tanto de día como de noche, las luminarias trabajan para complementar la arquitectura y el arte de la Basílica de San Miniato al Monte sin interferir con la estructura y su juego innato de sombras. El resultado de tal diseño es que la austeridad y el asombro de dicho espacio monumental permanecen intactos y permiten, al mismo tiempo, que los visitantes, los parroquianos y el clero se muevan de forma segura.

EQUIPAMIENTO ESPECIFICADO
7 x Lumenbeam Small, 2700K, Very Narrow 6° con Snoot
14 x Lumenbeam Small, 2700K, ángulo cerrado 10°
4 x Museo Micro 3x, 2700K
2 x Museo Micro 4x, 2700K
56 x Museo Small 2x, 2700K
11 x Museo Small 2x, 3000K
15 x Museo Compact, 2700K, 18°
1 x Museo Compact, 2700K, 30°
Lumentalk